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Ana Bermúdez: Un ejemplo de Inclusión y Superación

Siuna | Maryorie Duarte | 05.09.2023 | 12:13

Ana Bermúdez:  Un ejemplo de Inclusión y Superación

En un rincón tranquilo de Siuna, la historia de Ana Bermúdez Bermúdez brilla como un faro de esperanza y determinación. Su recorrido como estudiante del primer año en la carrera Técnico General en Veterinaria en el Centro Tecnológico Bernardino Díaz Ochoa ha dejado una huella imborrable en la educación técnica y tecnológica, demostrando que las limitaciones no son barreras para alcanzar el éxito.

Desde temprana edad, Ana enfrentó desafíos debido a una enfermedad que afectó su salud y dejó huellas en su vida. Aunque en su época se diagnosticó como “congestión cerebro-estomacal”, se ha llegado a la conclusión de que fue una forma de meningitis que causó la pérdida de audición y la ruptura de sus oídos. A pesar de estas adversidades, demostró un intelecto extraordinario y encontró formas creativas de comunicarse, utilizando señas para interactuar con su familia.

Con el apoyo de un intérprete y haciendo uso de la lengua de señas, Ana compartió su emoción y gratitud por la oportunidad que se le brinda al convertirse en estudiante del Centro Tecnológico. Ana envió un mensaje de inclusión e igualdad, destacando que todos merecemos ser parte de la sociedad sin importar sus diferencias. “Todos somos iguales, no debe existir un rechazo, las personas con discapacidad debemos ser incluidas, en este centro técnico de Siuna me han incluido y me siento feliz”.

Los días de Ana comienzan temprano, preparándose para las clases teóricas y prácticas. A pesar de los desafíos en la comunicación, dijo, “me gusta aplicar productos veterinarios, me enfrento a los desafíos con valentía, mi día a día implica también investigar en internet, lo que vemos en clases y seguir aprendiendo sobre el mundo de la veterinaria”.

Ana no solo superó las barreras de comunicación, sino que también se destacó en sus estudios. Su pasión por la veterinaria la llevó a desafiar las limitaciones y a adquirir habilidades en el manejo de ganado menor y mayor, así como en el cultivo de hortalizas y la elaboración de productos orgánicos. A través de su esfuerzo, se convirtió en un ejemplo para otros estudiantes sordos, demostrando que pueden lograr cualquier objetivo que se propongan.

“Me gusta estudiar y poder ayudar a otros con mi misma condición. Anteriormente era discriminada, pero ahora es una sociedad inclusiva y de atención a la diversidad”, señaló en una entrevista vía WhatsApp, en la que respondió las preguntas por escrito.

A pesar de los desafíos, Ana se mantuvo enfocada en su objetivo de superación. Su amor por los animales y su deseo de contribuir a la comunidad, la impulsaron a estudiar veterinaria y aspirar a trabajar en una clínica en esta ciencia. Aprovechando las herramientas que tiene a su disposición, como el acceso a internet, Ana se mantiene actualizada en su campo de estudio y se esfuerza por alcanzar sus metas.

“Me gusta bastante esta carrera, yo he aprendido muchas cosas en este centro, en lo que es manejo reproductivo en ganado menor y mayor, en cerdos y aves, manejo en hortalizas, en lo que es elaboración de fertilizantes, productos orgánicos para nuestras plantas”, explicó la jovencita de 27 años.

Superando barreras en el proceso académico

“Quise superarme para mi familia, para mis amigos sordos. Yo quiero que ellos se sientan orgullosos, que sepan que nunca abandono mis estudios, ser ejemplo para ellos”.

“Lo más emocionante es aplicar productos veterinarios, los mayores desafíos que he enfrentado en esta carrera ha sido la comunicación, aunque leo los movimientos en los labios de los docentes y de mis compañeros de clase, considero que ha sido un desafío alcanzar la competencia deseada”, remarcó Ana.

Mencionó que en la finca de sus padres se cultiva maíz, frijoles, yuca, algunas hortalizas, repollo, zanahoria, entre otros.

“Me di cuenta de las carreras técnicas del INATEC, cuando estudiaba el undécimo grado de secundaria en la comunidad de Coperna en el 2021, llegaron hasta el centro a dar a conocer las carreras que oferta este centro tecnológico y me gustó mucho, además pensé en ayudar a mis padres”, indicó Ana.

Ana mira al mundo con más libertad

“Me siento feliz porque me aceptaron estudiar. Pude matricularme en esta carrera y por eso le digo a todos los sordos que se atrevan, que ellos también pueden. Todo esto me fortaleció. Ahora miro el mundo con más libertad y agradecimiento al Centro Tecnológico de Siuna”.

Ronald Ramírez Chow, director de este centro tecnológico, dirigido al sector productivo agropecuario, explicó: “La formación de atención es personalizada y se le atiende directamente, despacio para que ella pueda leer los labios porque adquirió esa habilidad, de manera personal estudia, también le gusta tomar fotografía”.

Asimismo, reafirmó el compromiso del Buen Gobierno: “Nuestro centro no tiene ningún problema de exclusión con nuestros alumnos, siempre estamos dispuestos a apoyarlos para su formación técnica y su desarrollo, la misión es capacitar para emprender y sacar adelante a toda nuestra comunidad”, indico Ramírez Chow.

Ana Bermúdez, con su historia de superación y perseverancia, nos recuerda que las limitaciones son solo obstáculos temporales en el camino hacia el éxito. Su historia es un testimonio inspirador de cómo el empoderamiento y la inclusión pueden transformar vidas y comunidades.

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