Se escuchan chicharras por doquier y aves cantar en lo más alto de los árboles. En el corredor de una casa se reúne un grupo de campesinos, productores que dedican un tiempo para aprender nuevas técnicas y tecnologías para mejorar la producción.

Es la comunidad El Jocote, Masaya, hasta donde el Gobierno Sandinista llevó, a través de las instituciones del Sistema Nacional de Producción Consumo y Comercio, en conjunto con el Tecnológico Nacional (INATEC) y la Universidad Nacional Agraria (UNA), el Programa Educación Técnica en el Campo, Augusto C. Sandino.

Aquí encontramos un matrimonio que presta atención al instructor de la clase, ellos son: Pascual Potosme, de 62 años e Inés Orozco Mercado de 40 años. Tienen 13 años juntos.

Al entrar a su propiedad, se nota con facilidad los avances que han tenido a través del Programa: el huerto está bien cuidado y cultivado, tienen crianza de distintos animales. Pero en especial aves y cerdos.

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“Soy protagonista de las Escuelas de Campo, nos ha beneficiado porque ahora nosotros inyectamos a nuestros animales, sus vitaminas y desparasitantes, además de los alimentos que nos han enseñado a elaborar, ahora nosotros solo compramos la materia prima”, comenta doña Inés, quien destaca que la economía de su hogar ha mejorado significativamente.

“Tenemos mejores alimentos para las gallinas, los cerdos, los cabros. Junto a mi esposo nos hemos integrado a la Escuela de Campo, ya con este llevamos dos años estudiando, nos ha servido en todo, porque tenemos producción de chiltoma, tomate, tenemos patio limpio y saludable”, resalta doña Inés.

Don Pascual, dice que las capacitaciones les ha permitido ampliar la variedad de especies animales de crianza, “ahora tenemos pato ganso, chompipe, patos comunes, gallina guinea. Nosotros hemos recibido cursos y talleres y hemos aprendido a manejar a nuestros animales y nuestros cultivos”.

Agrega que apoya en la comunidad realizando trabajos de vacunación, junto a la población organizada para prevenir las enfermedades de los animales.

“Son buenas estas capacitaciones de las Escuelas de Campo, porque además que aprendemos sobre el cuido de los cultivos y de los animales, también somos ejemplos para otras comunidades, para que se animen a que también produzcan y mantengan los alimentos de su familia”, puntualiza don Pascual.

Llama aún más la atención, que a las capacitaciones también se han unido sus 7 hijos, que ya son mayores de edad, 5 varones y 2 mujeres. Es toda la familia aprendiendo de las Escuelas Técnicas de Campo, que junto a la comunidad hacen sus parcelas más verdes, más productivas y más pobladas de animales de crianza.