La comunidad educativa del Centro Tecnológico de León conmemoró el 48 aniversario del paso a la inmortalidad del joven guerrillero Juan de Dios Muñoz Reyes, cuyo nombre porta orgulloso dicho centro. Con un emotivo acto cultural en el Mausoleo de los Héroes y Mártires estudiantes, maestros, autoridades locales y familiares del mártir, celebraron su legado con expresiones artísticas y reflexiones históricas.

Pedro Flores, sobrino del guerrillero, destacó el compromiso revolucionario de su tío: “Hablar de Juan de Dios es hablar de un joven excepcional, apasionado por su familia y por la patria. Su historia nos enseña a defender la paz que hoy disfrutamos, construida por héroes como él”.

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Por su parte, Nazarena Narváez, directora del centro, expresó el orgullo institucional por preservar su memoria: “Gracias al sueño de Juan de Dios y de miles de mártires, hoy nuestros estudiantes acceden a una educación técnica gratuita”.

“Su legado vive en cada joven que se forma aquí con responsabilidad y compromiso”, continúo expresando Narváez, quien también resaltó el trabajo conjunto con la familia del mártir para reconstruir su biografía y fortalecer el sentido de pertenencia entre los estudiantes.

El evento incluyó cantos revolucionarios, danzas folclóricas, poesía y una guardia de honor, reafirmando que la educación técnica es también un espacio de dignidad y construcción de futuro. La comunidad reafirmó su compromiso con la historia y los valores que Juan de Dios Muñoz Reyes representa.

Linda Espinoza, estudiante del Técnico General en Administración, dijo sentir orgullo por estudiar en el Centro Tecnológico Juan de Dios Muñoz Reyes, “es gracias a la sangre derramada por nuestros héroes que hoy podemos gozar de una educación técnica gratuita y de calidad, por eso estamos comprometidos a servir a nuestra patria como futuros profesionales”.

El centro Tecnológico Juan de Dios atiende anualmente a más de 17,000 estudiantes en carreras y cursos vinculados al sector productivo de comercio y servicios, basada en una formación tecnológica integral, como ciudadanos conscientes de su historia y compromiso con el desarrollo del país.

El arte y la memoria se entrelazan para recordarnos que la educación técnica también es un espacio de dignidad, de valores y de construcción de futuro.