Estelí | Maryorie Duarte | 27.11.2025 | 11:22
Desde Estelí, estudiantes del Centro Tecnológico Francisco Rivera Quintero, “El Zorro” desarrollaron Itz’at, una aplicación que conecta el arte precolombino con el turismo creativo. Su proyecto, fruto de seis meses de trabajo multidisciplinario, obtuvo el segundo lugar en la Novena Edición de Hackathon Nicaragua 2025.
Por amor a la cultura y pasión por la tecnología, nació Inertia. Así se llama el equipo conformado por Maykeling Massiel González Estrada, David Antonio González González, Juan Carlos Cárcamo Umanzor y Jesser Abener Hernández Talavera, estudiantes del Centro Tecnológico Francisco Rivera Quintero “El Zorro”, en Estelí. Bajo la tutoría del maestro Limber Josué Rodríguez Navarro, especialista en Programación, desarrollaron Itz’at, una aplicación web que integra un marketplace artesanal con una plataforma turística inmersiva.
El proyecto, que obtuvo el segundo lugar en la categoría Startup en Hackathon Nicaragua Disruptivo 2025, es una apuesta por la innovación con raíces profundas en la identidad cultural nicaragüense. “ICAT es una plataforma web que está centralizada en la expansión del arte precolombino y la venta de piezas artesanales. Nuestro objetivo es divulgar la cultura de las artesanías, la pintura y todo lo relacionado con el tiempo precolombino, así como promover el circuito creativo Tierra Viva de San Juan de Oriente”, explica David.
Pero el desarrollo de Itz’at no se quedó en la teoría. Durante seis meses, el equipo viajó a San Juan de Oriente para conocer de primera mano la riqueza cultural del pueblo. Entrevistaron artesanos, recorrieron el circuito creativo, trabajaron junto a la alcaldía y vivieron la experiencia del lugar. Eligieron esta ciudad por su tradición artesanal, la calidez de sus familias, su potencial turístico y su valor cultural. “La riqueza ancestral que posee esta ciudad es completamente increíble, llamativa, cautivadora. Juntando eso con nuestra identidad nacional, decidimos hacer este proyecto”, cuenta David.

La aplicación permite a los artesanos publicar y gestionar sus productos —catálogos, inventario, tiendas, chat y reseñas— destacando la historia de cada pieza. Para los turistas, ofrece un mapa interactivo del circuito de los Pueblos Blancos, donde pueden explorar talleres, leyendas, gastronomía y otros atractivos locales.
“Fue una experiencia única, llena de retos y superación. Teníamos expectativas altas porque sabíamos el potencial del proyecto y lo que representa San Juan de Oriente”, añade el equipo. Cada integrante aportó desde su especialidad: comunicación, marketing, desarrollo y diseño. Gracias a una formación técnica sólida, con docentes altamente calificados y acceso a herramientas tecnológicas de última generación, lograron convertir una idea en una solución funcional.

El maestro Limber Rodríguez destaca el esfuerzo detrás del logro: “Fue un proceso largo, con desvelos, empeño y mucha dedicación. Este proyecto es una solución real para nuestro país. Se trabajó con el módulo de emprendimiento, con todas las computadoras, aplicaciones, control de versiones y un enfoque multidisciplinario. Llevarlo a la representación nacional no es solo un resultado, es un logro enorme para nuestro centro”.
Hackathon les abrió nuevas perspectivas. “Este tipo de actividades nos permite crecer, mejorar nuestras habilidades y tener una visión completamente nueva para seguir desarrollándonos”, reflexionan.

A otros jóvenes soñadores, les dejan un mensaje poderoso: “Una vez que tengan una idea y vean el impacto que puede tener, no dejen de creer en ella. Llévenla a la realidad y explótenla al máximo.”
Desde el norte del país, Inercia demuestra que la educación técnica puede ser el motor de una transformación cultural y tecnológica. Que la creatividad, cuando se forma con propósito, puede conectar pasado y futuro. Y que los sueños, cuando se trabajan con pasión, pueden cambiar el mundo.